domingo, 17 de diciembre de 2017

2017-12-17 Puertollano-Cerro de Santa Ana (Sierra de Calatrava)







Crónica de la ruta senderista por la Sierra de Calatrava
Manuel Mohedano Herrero


El pasado domingo, Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia ha realizado una ruta cultural-senderista por el cerro de Santa Ana (Sierra de Calatrava, Puertollano).

Para terminar las rutas de este año, Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia ha elegido la realización de una ruta de carácter senderista y cultural por nuestro entorno natural más inmediato, aunque muy degradado por la acción del hombre, como es el cerro de Santa Ana, con especial atención a dos de sus elementos más significativos: el “puente natural” y la “chimenea cuadrá”. En la actividad hemos contado con la compañía y apoyo de varios compañeros de la asociación Portus Planus, que nos han encaminado por los vericuetos de esta sierra.

La mañana estaba muy fría, más bien heladora, cuando el grupo de senderistas se concentró en la plaza de Salesianos, y bien abrigados para iniciar la marcha. La subida por el camino de las antenas y el calorcillo de sol fueron entonando poco a poco los cuerpos, aunque el aire frío que soplaba en lo alto del cerro acompañó toda la jornada.

La primera parada explicativa se hizo ante una de las varias canteras que se hicieron en la sierra para sondear las posibilidades de extraer mineral de hierro y que no obtuvieron resultados positivos. Como el “puente natural” y el “dolmen” se encuentran próximos a esta cantera, se aprovechó la parada para hablar también de estos parajes y de las pinturas rupestres que en ellos realizaron nuestros antepasados hace unos cuatro mil años. Los expertos no se ponen de acuerdo en el propósito de las pinturas: para unos se trataba de señalizarlos como espacios reservados al culto, y para otros se dedicaban a realizar encuentros sociales. Aunque las pinturas apenas son perceptibles en las cuarcitas que conforman el puente, bien merecen las pequeñas dificultades que hay que superar para bajar hasta su contemplación, y después para subir. Además, las amplísimas vistas que desde aquí se aprecian del valle del Río Tirteafuera, hace considerar las sensaciones que tendrían los primeros habitantes de estas sierras cuando por aquí se reunían.

Terminada la visita al “puente natural” y a sus pinturas, se procedió a continuar la ruta hasta llegar a la cota más alta de este cerro, con visible aspecto de ser una antigua edificación y desde donde se aprecian claramente las dos murallas o cerramientos para la defensa del poblado que aquí debió existir.

Al poco de reiniciar la marcha, enseguida se avista la “chimenea cuadrá” que, como se contó a los participantes, no es tal chimenea, sino una de las 59 torres del telégrafo óptico de la línea Madrid-Cádiz. Esta línea se construyó a mediados del siglo XIX para transmitir informaciones relacionadas con el orden público o la seguridad del estado.

Los guías, a través de grabados y fotografías, mostraron el estado que tuvo que presentar en su momento el telégrafo óptico de Puertollano, con sus tres alturas rematadas por el telégrafo propiamente dicho, aunque las sucesivas destrucciones y malas reconstrucciones han hecho desaparecer su traza original y le dan un aspecto de ruina y abandono. No es un despropósito exigir a las autoridades que incluyan la “chimenea cuadrá” como un elemento destacado del patrimonio histórico, así como que inicien los trámites para llevar a cabo una restauración que le devuelva su aspecto original, como ya se ha hecho en otros lugares del país.

Tras estas explicaciones, el grupo continuó recorriendo otros puntos de interés en el cerro, la mayoría incrustados en los recuerdos de niñez y juventud de casi todos los puertollaneros, ya que antiguamente, aquellos acudían al cerro de Santa Ana en las celebraciones del día del chorizo o del hornazo. Fueron visitadas por los caminantes  las cuevas de Guerrero, los aljibes, las piedras escurrideras, el desfiladero “de la boca del lobo”, los suelos de ripple-marks (ondulitas), las canteras de hierro...

Acabados estos recorridos, los senderistas volvieron sobre sus pasos para regresar al punto de inicio de la ruta y, como las fechas son propicias para tener una comida de hermandad, se dirigieron a un restaurante en el que compartir con los amigos unas horas más de convivencia, con las que se despidieron hasta el nuevo año.





Fotografías: Vicente Luchena




































domingo, 19 de noviembre de 2017

2017-11-19 Villapalacios-Cárcava de la Pileta (Sierra de Alcaraz, Albacete)






Crónica de la ruta senderista
Villapalacios – Cárcava de la Pileta (Sierra de Alcaraz, Albacete)
María del Pilar Monescillo Castellanos

Amanece el domingo 19 de Noviembre 2017, son las 07:30 cuando el grupo de senderistas “Ecologistas en acción-Valle de Alcudia”, nos reunimos en el punto de encuentro para disfrutar de un hermoso día de otoño y poner rumbo a otras tierras manchegas, provincia de Albacete y concretamente a Villapalacios, desde aquí  nos adentraremos en la Sierra de Alcaraz para terminar en la Cárcava de la Pileta.

El  recorrido hasta llegar al destino, pasará por Argamasilla de Calatrava, Aldea del Rey, Moral de Calatrava, Valdepeñas, Pozo de la Serna, Alcubillas, Villanueva de los Infantes, Villahermosa, Villanueva de la Fuente, Reolid y Villapalacios, al que llegamos  a las 10 de la mañana y en uno de sus bares tomamos un buen desayuno que nos ayude y dé fuerzas para andar los 18 kilómetros hasta llegar a nuestro destino.

Comenzamos la marcha, siempre de manera ascendente por el Valle del río de la Mesta, hasta alcanzar los 1.771 m. de altitud y llegar a la base del macizo del Padrón y la Sarga. La Sierra de Alcaraz forma parte de la Cordilleras Béticas, que son un conjunto de sistemas montañosos que se extienden por el sur de la península ibérica, desde el golfo de Cádiz hasta Alicante y Baleares. Forman parte del Arco de Gibraltar y se subdividen en las cordilleras Prebética, Subbética y Penibética. Es un vasto conjunto montañoso que se alarga más de 600 Km. desde el Estrecho de Gibraltar hasta el Cabo de la Nao y que incluso continúa por debajo del mar para aparecer en las Islas Baleares. Su extremo más estrecho está en la zona de Gibraltar y se va ensanchando hacia la zona oriental, donde se pone en contacto con el zócalo herciniano de la meseta. Dentro de estas divisiones, la Sierra de Alcaraz forma parte de la Cordillera Prebética. Su pico más alto es el Pico Almenara, de 1.796 m., y el segundo pico más importante es el Pico de la Sarga, de 1.769 m.

El cauce del río de la Mesta, ahora con muy poca agua, está marcado por las plantas que sobreviven con la poca humedad que queda en el terreno, hileras de álamos, que crecen esbeltos y conservan sus hojas multicolor que aún no se han caído, aunque ya el otoño está muy avanzado, la temperatura a estas horas (12:00) podría decirse primaveral, por lo que las plantas andan un tanto confundidas en su ciclo vital.

A lo largo del camino, algunas casas de campo con sus pequeños huertos, y su perros guardianes, disponen de un sistema de regadío por acequias, que mediante inundación riegan los olivares centenarios, de grandes troncos retorcidos y verdes copas salteadas de los frutos ya maduros que darán cosecha aceitera con denominación de origen Sierra de Alcaraz.

Higueras, manzanos, perales, nogales, nos acompañan y ofrecen frutos que no han sido recolectados, al tiempo que nos maravillan con el color de sus hojas ocres, amarillas, doradas que son atravesadas por los rayos de sol dando un tono cálido a la luz que nos rodea cuando descansamos a su sombra para refrescarnos, tomar fotos y cambiar impresiones con los compañeros de camino.

El valle se estrecha y la pendiente del camino se acentúa, la vegetación cambia a especies de montaña, pinos, la sabina, enebro, acebo, castaño, zarza, aliaga, torbisco, esparragueras, tomillo, espliego, mejorana, rascavieja, oraval, hinojo, té de campo, retama y gordolobo.

La fauna es muy rica en este paraje, y junto a las especies más comunes, como son el conejo, liebre, jabalí, cabra montesa, perdiz roja, encontramos otras en peligro de extinción como el águila real, águila perdicera, búho real, garduña, lince y halcón peregrino, entre otras, si bien es cierto que no hemos avistado a ninguno de ellos, si hemos escuchado el sonido del pájaro carpintero trabajando la madera.
    
El silencio y la calma del lugar invita a ascender saboreando las vistas del macizo del Padrón, sus picos, la vegetación, pinos que han crecido al borde del precipicio, el colorido de la piedra, el azul intenso del cielo, la hojarasca seca que cruje al ser pisada y el verde pinar nos emociona por el deseo de coronar la Fuente de la Pileta. Al tiempo  que nos angustia el olor a madera cortada producto de la tala de pinos que se apilan al lado del camino, entendemos la necesidad de la tala, siempre que sea controlada en beneficio de la especies del pinar y del bosque en general.
    
Avistamos la Fuente de la Pileta en un claro al final del camino, es una obra de nueva construcción realizada en piedra a modo de pequeño refugio, un chorro de agua fresca  cae de manera continua a una pila y de él bebemos para saciar la sed tras el largo camino y el intenso calor.
    
En breves minutos y a los pies del macizo del Padrón, bien hidratados nos disponemos a comer, menú de senderista, bocatas al gusto, tortilla de patatas con pimientos, ensaladas variadas, jamón, chorizo, queso, cerveza e isotónica, fruta fresca y los más golosos terminan con chocolate y un café capuchino para rematar la sobremesa, no dura mucho pues el sol queda oculto por la pared de piedra y la temperatura baja en minutos para dejarnos helados.
    
Así retomamos las mochilas y bastones, nos ceñimos las cazadoras y subimos un pequeño tramo hasta el naciente del río de la Mesta, agua poco abundante por la sequía que padecemos a estas alturas del año, el camino se hace más angosto, empinado y pedregoso, comienza el ascenso al macizo, pero será en otra ocasión, ahora toca hacer la foto de grupo de manos de Vicente y Manolo, guías de nuestra caminata.
    
Desandamos los últimos kilómetros del camino hasta llegar al punto de encuentro con nuestro transporte que nos llevara al pueblo de Bienservida, para disfrutar de tiempo libre y tomar un café. Nos animamos a seguir de visita en el casco urbano de este pequeño pueblo, pero muy bien conservado, sus calles bien enlosadas nos llevan hasta la plaza, donde se encuentran los edificios del Ayuntamiento, el Museo de la Virgen del Turruchel, que así se llama su patrona, y la iglesia de San Bartolomé con su pórtico románico, pórtico coronado por un elemento costumbrista del pueblo en honor a los quintos del pueblo, figura en desuso, pero que la tradición mantiene en este pueblo los días de Semana Santa, son esos días, que los quintos del año ofrecen cintas con sus deseos a la Virgen y ahí permanecen durante todo el año. 
    
La plaza cuenta con dos fuentes, una ornamental sin funcionamiento y otra de agua potable con 4 grifos; en sus bordes nos sentamos a esperar que abra la Iglesia la Srª Marita, que todos los días a las 17:30 h. abre la iglesia para rezar en compañía de otras parroquianas, 4 ó 5, que todos los días se encuentran para rezar el Rosario.
     

Nos saludamos y nos invitan a entrar a la iglesia del siglo XVI, encienden luces para mostrar el tesoro de su altar mayor, presidido por un retablo de madera policromada de grandes dimensiones que data del siglo XVI y XVII, declarado Bien de interés Cultural.
     
En sus primeros pisos de estilo barroco, contiene hornacinas vacías de santos que desaparecieron en tiempos de guerra y que podrían ser los evangelistas, y pinturas anónimas con motivos de la vida de Jesús. En el centro del retablo, su patrón San Bartolomé, de estilo gótico, acompañado de San Esteban, San Lorenzo, San Juan Bautista, y San Sebastián.

En el tercer piso están los santos sanadores, San Cosme a la izquierda, San Damián a la derecha, San Blas, y Santa Quiteria, y en el centro Santa Ana.

En el último piso, hay un Calvario renacentista del siglo XVII, en donde estarían San Francisco de Asís a la izquierda, y San Jerónimo a la derecha del Calvario. Para terminar, en el friso está el Padre Eterno, con la bola del Mundo, y la bóveda de nervadura de estilo gótico. La iglesia contaba en el coro con un órgano  tubular, del que solo queda su cara externa.
    
Figuras importantes en la iglesia son la patrona, la Virgen del Turruchel, que cuenta con capilla propia, la Virgen de la piña y el Cristo Crucificado.
    
Damos por terminada nuestra visita y qué mejor recuerdo de este día, que el canto que Marita y Alejandra nos dedican: “el Canto a la Virgen de Turruchel”. Nos aplauden por visitar su pueblo, gentes de La Mancha llanas y cercanas. Gracias Chicas.

Ponemos rumbo a nuestro pueblo, Puertollano, desandando el camino. Tenemos tres horas para descansar, cambiar impresiones y mirar nuestros tesoros fotográficos que serán parte del recuerdo de este bonito día. Hasta la próxima compañer@ de camino.




Fotografías: Vicente Luchena







































domingo, 29 de octubre de 2017

2017-10-29 Las Fuentes de Agua Agria de Villaharta (Córdoba)







Crónica de la ruta senderista Las Fuentes de Agua Agria de Villaharta (Córdoba)
Rosario del Pozo Izquierdo

Llegamos a las 7’30 horas al autobús para reencontrarnos con conocidos senderistas, amantes de transitar por los caminos. Esta vez ha coincidido con el cambio horario de invierno, con lo que, a pesar del madrugón, ya ha despuntado el alba y podemos ver bien las caras de todos los que haremos esta ruta. Esta vez tiene como objetivo visitar un paraje sorprendente y un conjunto de manantiales conocidos como Las Fuentes de Agua Agria de Villaharta, aunque pudimos saber después que la mayoría están en el término municipal de Espiel, ambos municipios pertenecen a la provincia de Córdoba, estando la capital a unos 35 Km. aproximadamente. La ruta está calificada de dificultad baja y la distancia a recorrer será de unos 11 Km. aproximadamente.

El día en Puertollano amanece despejado. Iniciamos el viaje por la carretera nacional 420 y seguidamente nos desviamos hacia la Bienvenida y en el cruce hacia Torrecampo, Pedroches, Pozoblanco y Villaharta. En el bar y restaurante El Cruce, con pastelería propia, hacemos un alto en el camino para tomar ese desayuno tan esperado por la mayoría de los senderistas. Todo funciona perfectamente porque además de las tostadas tan deseadas, hay otros complementos que cada cual elige a su gusto.

Reiniciamos el camino y un poco después bajamos del autobús y comenzamos el recorrido. Vicente da las informaciones generales de la ruta explicando que en algunos tramos pasearemos por el Camino Mozárabe de Santiago, que a su vez coincide con la Cañada Real Soriana Oriental, y también con un sendero de Gran Recorrido el GR-40, que atraviesa toda Sierra Morena de Este a Oeste. También explica que visitaremos siete de las doce Fuentes de Agua Agria de la zona, todas en el mismo venero, que se conocen desde el siglo XIX. Se descubrieron coincidiendo con el reinado de Alfonso XIII. La mayoría tienen antiguos kioskos o templetes que cierran los manantiales, de diferente estilo y grado de conservación.

Explican Manolo y Vicente que, haciendo caso de lo que decían los doctores que estudiaron sus aguas, el doctor Isidro Vázquez, nombrado en 1873 por la Dirección de Sanidad para atender el balneario de Aguas de Villaharta y el doctor Joaquín Palacios, amigo del anterior, afirmaban que estas aguas tienen propiedades terapéuticas para muchas enfermedades. Voy a transcribir lo que está escrito en alguno de los paneles: “podemos decir que sus primeros efectos se hacen sentir en las funciones digestivas, produciendo una digestión fácil y rápida, despertando el apetito; en el sistema vascular, haciendo más frecuente y desenvuelto el pulso; en el aparato urinario, mejorando diversas afecciones (clorosis, anemia, hemorragias pasivas; en los accidentes histérico espásmicos, neuralgias, metrorragias, dismenorrea, leuconea, hidropesia e infartos viscerales); también actúan contra la esterilidad, porque curan la clorosis y desarreglos menstruales que la originan”.

También nos nombran algunos personajes relacionados con este territorio y sus fuentes, escribo lo que dice un panel informativo: “Un personaje importante en la historia de estas fuentes fue Elias Cervelló y Chinesca. Este facultativo del Cuerpo Nacional de Obras Públicas a mediados del siglo XIX estuvo trabajando en la carretera Córdoba-Almadén y oyendo hablar a los lugareños de las propiedades curativas de las aguas de estas fuentes quiso adquirir los terrenos donde se localizaban los manantiales propiedad del Duque de Bervik y de Alba a lo cual se negó el aristócrata, comprándola seis años más tarde en una subasta realizada en Madrid el Duque D. Rafael Barroso, abogado cordobés, el cual le propuso explotarlas conjuntamente ya que su único hijo curó de sus dolencias gracias a esta agua”.

Finalmente aconsejan seguir las orientaciones necesarias sobre senderismo ya que esta vez también nos acompañan algunos senderistas nuevos.

Comenzamos por el sendero de Pedrique visitando la primera fuente, llamada Fuente de Malos Pasos, con un templete en ladrillo semejando una casita, con tejado a dos aguas y puerta y ventanas en arco. El interior tiene un zócalo de azulejos. Presenta un aspecto muy cuidado.

Seguidamente visitamos la Fuente del Cordel, habiendo dejado a la derecha y escondida una pequeña fuente, llamada de La Belleza. Se puede pensar que ambas tienen la misma afloración porque distan pocos metros entre sí. Esta fuente del Cordel, también ha sido restaurada con ladrillo en forma un hexágono, tiene los huecos de puertas y ventanas adinteladas y un tejado saliente con gran alero que protege de los fríos y da sombra a la fuente. El interior también posee un zócalo cerámico, y aquí pudimos sacar por primera vez nuestros cacillos, vasos o botellas para probar el agua, y compararla con nuestra agua, de la Fuente Agria de Puertollano.

Después, llegamos a la Fuente de la Lastrilla, que nos sorprendió ya que no estaba al resguardo de ningún kiosko. Es una fuente rústica en un entorno lleno de vegetación de bosque mediterráneo.

Continuamos hacia la siguiente, realizando un tramo por la antigua carretera de Córdoba-Almadén hasta llegar a la llamada Fuente Agria. Para visitarla se necesita pedir la llave en una de las casas cercanas, el antiguo Balneario de la Fuente Agria. Cerca hay un panel explicativo que informa sobre esta fuente (algunas ya las he transcrito unos párrafos antes) y donde se puede leer también que fue  declarada de utilidad pública en 1873. También explica que esta fuente es la única que está analizada, y que ya ese mismo año se consideró “por su composición y por los efectos causados en diversos pacientes estudiados, superior a la de otros yacimientos de reconocido prestigio nacional: Marmolejo (Jaén), Puertollano (Ciudad Real) y Lanjarón (Granada), e incluso, internacional, concretando en Vichy (Francia), Porla (Suecia) y Espa (Bélgica)”.

Según el citado anteriormente doctor Vázquez “en estas aguas predomina el ácido carbónico, los bicarbonatos alcalinos y el óxido férrico, existe más cantidad de óxido de hierro y bicarbonato de sosa, cal y magnesio que las de Marmolejo, Puertollano y Lanjarón, si se une a esto la presencia de ácido sulfúrico, cloro, amoníaco y potasa (sustancias que no se hayan en las demás aguas de su clase), podemos afirmar que las aguas de Villaharta ocupan uno de los primeros puestos en todas las de su especie conocidas y estudiadas”. Está escrito en el panel que “por su carácter medicinal se le otorgaron las medallas de bronce y plata en la Exposición Farmacéutica de Madrid en 1882 y en la Universidad de Barcelona en 1888. Una década después contaba con depósitos de distribución en España y algunas capitales del extranjero”.

El antiguo Balneario de la Fuente Agria está situado junto a la carretera y está formado por un conjunto de casitas modestas. La fuente, copio lo que está en el panel “está situada en un enclave rodeado de bosque y matorral. D. Elías Cervelló (ya nombrado unos párrafos más arriba) trazó el pabellón del manantial, de forma octogonal, ejecutado en hierro y cubierto el suelo de mármol rojo. En el centro se encuentra la roca de la cual brota el manantial principal, cuyas burbujeantes aguas inodoras, claras y transparentes tenían un “sabor agrio y estíptico (sabor metálico astringente) muy pronunciado”. Este templete está muy deteriorado, necesita una gran rehabilitación.

Continuamos nuestro recorrido y llegamos a la Fuente de la Lastra, y allí los restos de un edificio de ladrillos en ruinas y que no supimos identificar. ¿Quizás fue un molino habitado? Nos sorprendió la gran escalera granítica para salvar el desnivel que nos llevó hasta la cubierta, los restos de piedras talladas de molino, su bóveda, su tamaño…

Emprendimos de nuevo la ruta para llegar a la siguiente, y última, fuente, la llamada de San Rafael. También se encuentra en una edificación esbelta de ladrillo macizo con forma de prisma cuadrangular en la base, y cubierta con una bóveda. La puerta y ventanas terminan en arco. En el interior realizado en cerámica se encuentra la imagen del santo que da nombre a la fuente. Esta fuente está bastante descuidada tanto el templete como el manantial, ya que el agua brota subterráneamente y la pila que recoge el agua está con distintas materias sólidas.

En los alrededores de este paraje nos dispusimos a comer, acomodándonos a la sombra nuevamente, ya que hacía un día soleado y con temperaturas nada acordes a esta época del año. Como es habitual, dimos cuenta de nuestras viandas y bebidas mientras charlábamos alegremente, descargando las mochilas, lo cual es muy de agradecer.

Ya más ligeros de equipaje continuamos nuestro recorrido, atravesando un riachuelo por debajo del puente, para salvar la valla que corta el camino que da acceso a nuestro siguiente destino, que fue visitar las ruinas del antiguo Balneario de Santa Elisa. El paraje es espectacular, los eucaliptos portentosos recuerdan los jardines en su mejor esplendor, el edificio principal es monumental, las fuentes y los bancos llamados de tu y yo en la entrada, la puerta y zonas de acceso, los edificios anexos…, todo recuerda al linaje de sus dueños y a las personas que allí se pudieron alojar, entre ellos el ministro Romanones. 

Desandamos el último trayecto y continuamos por el trazado de la antigua carretera hasta llegar nuevamente al punto de partida donde nos esperaba el autobús y de nuevo podemos tomar algunos cafés, cervecitas, vino de Villaviciosa, tapitas, postres…, todo al gusto de cada comensal. Algunos senderistas también adquirieron productos de la tierra, como aceite o miel.

Para finalizar el recorrido, el autobús nos acerca hasta el camino que nos lleva al Monasterio eremita de Pedrique. Bajamos del autobús y caminamos hasta este valle de la Sierra Morena cordobesa en donde aparece este monasterio perteneciente al término de Pozoblanco. Sólo pudimos ver el exterior, pero las vistas, tanto en el acceso, como en los alrededores del monasterio, merecen la visita. El Monasterio de Pedrique fue desde el siglo XIII lugar de meditación y retiro espiritual para ermitaños. Ya en el siglo XVIII, se adquirió esta finca que entonces era un olivar y un huerto. La inversión en repoblar el olivar y trabajar el huerto, hizo del monasterio un lugar autosuficiente y próspero.

Pedrique se convirtió, en los 25 últimos años, en el lugar de trabajo y descanso de Aurelio Teno, conocido escultor cordobés, con obras de prestigio en distintos lugares del mundo y del que queríamos conocer su obra. Dicen que "El arte de Aurelio Teno se funde con la naturaleza y la arquitectura". Sólo pudimos ver el exterior, y casi a la entrada hay una escultura grande realizada en madera de un crucificado.

Regresamos caminando hasta el autobús y ya sin más paradas regresamos a Puertollano sobre las 8 horas de la tarde, por el mismo itinerario por el que habíamos ido. Fue un domingo estupendo.




Fotografías: Vicente Luchena































domingo, 8 de octubre de 2017

2017-10-08 Castillo de Salvatierra (Calzada de Calatrava).







Crónica de la ruta cultural-senderista en el entorno del Castillo de Salvatierra (Calzada de Calatrava)
Manuel Mohedano Herrero


El pasado domingo, 8 de octubre, Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia ha organizado y realizado una ruta senderista y cultural desde la localidad de La Alameda hasta el castillo de Salvatierra.

Después de los calores veraniegos, hemos reiniciado las rutas senderistas de esta temporada con una marcha que aúna la actividad senderista con el conocimiento de la historia y geografía de un lugar muy próximo de nuestro entorno, pero no por ello suficientemente conocido. Y es que el castillo de Salvatierra, por encontrarse en un estado de ruina avanzada, por estar construido a la “sombra” de su imponente vecino, el castillo de Calatrava la Nueva, y por estar situado dentro de una finca de propiedad privada, no ha podido ser visitado y conocido por el público como lo ha sido su citado y próximo vecino.

Después de un corto trayecto en autobús, llegamos al caserío de La Alameda en una mañana que se presentaba fresquita. Comenzamos a andar por el camino señalizado como ruta del Quijote, junto al arroyo de Belvís y a la sombreada alameda que da nombre al lugar. Cuando salimos de esta arboleda, el sol empezó a calentar los cuerpos y ánimos de los senderistas y ya no nos abandonó en toda la jornada, aunque hay que reconocer que hacia el mediodía calentaba con extremada contundencia.

El camino transcurre entre campos de labor, sin perder de vista en casi ningún momento los dos castillos en la lejanía, y así llegamos a la pequeña localidad de Belvís, también pedanía de Villanueva de San Carlos, que atravesamos en breve espacio de tiempo y volvemos al camino serpenteante entre más campos de labor, pero si cabe más pedregosos que los anteriores. Llegamos después a otras manchas de álamos, bajo las que pastan y descansan unas vacas que apenas dejan su actividad para observar a los senderistas que osan atravesar su territorio; en los troncos de muchos de estos árboles tenemos ocasión de observar que están infectados por hongos yesqueros (o yesca), que han acabado afectando y pudriendo a bastantes de ellos. La yesca era muy utilizada en la antigüedad para iniciar el fuego y como antihemorrágico.

Continuamos nuestra marcha y llegamos hasta el camino que sube hasta el montículo rocoso sobre el que se asienta el castillo de Salvatierra, cuya torre del homenaje va acentuando su poderío a medida que nos acercamos a ella. Después de una breve introducción a la historia del lugar y su relación con la Orden de Calatrava y las batallas de Alarcos y Las Navas de Tolosa, iniciamos la subida por la escarpada pendiente que da acceso a las ruinas del castillo, accidentada por la gran cantidad de rocas sueltas y escombros que la cubren: una vez arriba, nos dedicamos a recorrer los espacios que aún se conservan del recinto, las bóvedas que encierran amplias estancias, los muros asentados sobre las rocas, que dejan entrever las dificultad de tomar un castillo así por la fuerza y, sobre todo, la impresionante panorámica de la llanura entre Aldea del Rey, Calzada y Granátula de Calatrava, así como la no menos extraordinarias vistas del vecino castillo de Calatrava la Nueva.

Tras un buen rato dedicado a estas contemplaciones, iniciamos con cuidado el descenso del castillo para volver al camino de regreso al llano, y desde aquí tomamos de nuevo la ruta del Quijote que nos lleva hasta el restaurante en el que una reconfortante comida con los compañeros de senderismo pondrá fin a esta jornada. El autobús nos lleva de regreso a Puertollano.




Fotografías: Vicente Luchena










































Fotografías: Pilar Benavente





















Fotografías: María Dolores Gómez Coello